El viernes hubo... Tequila Bier.

Y el sábado dolor de cabeza. Hay que aclarar antes de nada que nosotros fuimos como apoyo moral de la gente que se vino nueva... Además, dado que habíamos conocido a Silvia hacía poco, pues qué menos que invitarla a tomar algo con nosotros. En principio habíamos quedado en la de Charlie y Fon...

Como en la del viaje a Basel, las fotos para cuando me acuerde y no me traiga el CD del Office XP en vez del de fotos...

Quedamos a eso de las 22:15 en la 146 (Fon y Charlie) y Silvia se pasó a eso de las 22:00 (puntualmente, eso si). Asi que llamamos y estaba Fon comiéndose un cacho de carne cruda (bueno, cruda según él) con patatas fritas. Terminado su refrigerio apareción Charlie en paños menores (en toalla, vamos) y al poco rato había sacado del congelador una botella de Ginebra de marca Drygin y un ron No Identificado. Pues una copichuela no vino nada mal. El caso es que ellos pretendían tomarse una copichuela y después marcharse a tomar unas cervezas... Bueno, yo planeaba quedarme en casa jugando a la Pl... eeeh, estudiando el CCNA, así que por mi que tomasen, que tomasen.

Después de tomar la segunda, salimos de casa (¬_¬¡ bueeno, no me quedé) y como nadie supo sugerir un sitio, tomé la palabra y dije "Moloko!", pensando en los puritos esos de Sumatra. Estaba hasta los topes y entonces dije "Mejicano!", pensando en la Tequila Bier. Estaba semi vacio y ocupamos una mesa grande, porque debíamos ser diez (dos checas, dos andaluces, cinco gallegos y una catalana) y pedimos cerveza con tequila. Bastante, la verdad, la media eran jarras de medio litro. Fon pidió un Margarita al que le pilló mucho cariño porque le costó un ojo de la cara, tanto que después se pasó a la Bier.

Recuerdo (y digo bien, recuerdo) que la segunda tanda de cerveza nos la trajeron en jarras de 1,5 litros, para que nos saliese más barato. Qué considerados y majos. Tranquilos que sólo eran dos jarras en total, pero bueno, bajar, bajaban que era una delicia. La verdad es que tuvo bastante buena acogida entre los que no la habían probado aún, y no es para menos, está demasiado rica.

Salimos de allí por nuestro propio pie y nos dejamos caer en el Atomic Club. Para quien haya estado ya aquí, todo esto le sonará típico. Ya la segunda vez que salimos con ellos fuimos al Garage, donde había una fiesta guay, de esas fiestas guays que hay cada dos sábados..., ahora al mejicano y al Atomic,... Es la rutina, chavales.

Pues nada, el resto de la noche es noche de Atomic: algunas risas, algún baile, alguna cervecita del Atomic, la novedad para algunas de que no te roben la cazadora si la dejas tirada, y la vuelta a casa, cuando tu cuerpo te dice "Payo, pa casa". Al día siguiente yo me levantaba a las 7:00 AM para ver los entrenamientos de la F1 en China...

(...)

Hmmm, ¡qué!?...

(...)

Bueno, que no me levanté, ¡cojones!